Mamas malcriadas

La cosa es así. Hoy vino mi mamá a almorzar a la casa de mi abuela. Esto me hizo darme cuenta (cosa obvia ya lo se) que mi mamá no sólo es mamá, sino también hija y que mi abuela no sólo es abuela, sino también mamá. Claro que yo ya sabía esto pero mi mamá llegó diciendo que quería comer sandwichitos de miga y ¿qué paso? Sisi, mi abuela fue y le compró sandwichitos de miga, de tomate y de jamón y queso, como a ella le gustan. También le compró alfajorcitos chiquitos y exquisitos pero no vienen al caso. El caso es que mi progenitora es TAN malcriada como yo. Es increíble que le cumplan los caprichos a una persona de 56 años como si tuviese 3. No digo que esté mal, al contrario, me parece genial. Es como cuando yo llego a casa después de un largo tiempo de estar acá y me hace milanesas con puré de papas. Es felicidad casi infinita, diría yo. Me gusta que la malcríen en algún lado. Mismo sea su mamá la que lo hace. Es lindo ver a mi mamá sentirse así, porque generalmente es ella la que nos malcría a nosotros y los Pugliese no somos los hijos más malcriadores del mundo.
Se lo merece. Es la mejor mama/hija/hermana/tía/sobrina/amiga del universo entero. Jamás conocí un ser como mi mamá y es agradable ver que tenemos esa clase de parecidos. Puede parecer tonto pero si es así que ella logró ser la persona que es, me siento orgullosa de ser la nena malcriada que soy.

Te amo, mami. Esta noche me voy con vos porque te extrañe mucho.